¡Cinco remedios caseros para dejar de roncar!
Los ronquidos pueden transformar la cama en una batalla agresiva. El hecho de roncar en la noche no sólo interrumpe el sueño propio, sino que perturba el descanso de la pareja. Qué hay de nuevo en el horizonte para evitar esos molestos ronroneos nocturnos.
Los ronquidos son una pesadilla para millones de personas y sus compañeros de alcoba. Y hay estudios que lo certifican.
¿A qué se deben? La Fundación Nacional del Sueño estima que más de 12 millones de estadounidenses tienen apnea obstructiva del sueño. Más de la mitad de esas personas tienen sobrepeso, y la mayoría roncan fuertemente. Aconseja a las personas que ayuden a sus parejas a realizar una consulta médica, pues podrían descubrirse problemas de salud asociados.
Cómo dejar de roncar: remedios caseros
Son ideas sencillas que funcionan como expectorantes o descongestivos nasales, parte de las tradiciones que se transmiten de boca en boca. Brindan alivio pero no reemplazan al médico. Los más populares son:
1. Miel
Es un excelente expectorante natural, elimina las flemas y es útil para controlar las infecciones en la garganta y disminuir su irritación, un factor que puede estar causando los ronquidos. Haz gárgaras con una infusión tibia de hojas de frambuesa y dos cucharadas de miel en media taza de agua.
2. Menta y Eucalitpto
Conocidas por sus poderes expectorantes, ambas plantas abren las vías respiratorias y suavizan la garganta. Una mezcla efectiva es tomar aceites esenciales, mezclarlos en partes iguales con agua y rociar la cabecera de la cama antes de acostarte. También se pueden comprar en hojas y hacer inhalaciones de vapor.
3. La cebolla
Un remedio de las abuelas que tal vez puede ayudar a aliviarte. La cebolla es un descongestivo natural, y la obstrucción de las vías respiratorias es una de las causas del ronquido. Puedes cortarla por la mitad y espolvorear sal sobre ella. Luego debes dejarla en un plato en la mesa de luz.
4. Aceite de oliva
Anímate a esta pócima anti-ronquidos: mezcla un vaso de aceite de oliva y 50 gramos de ruda en un recipiente hermético. Deja macerar tapado durante 2 semanas, cuela y guarda en un recipiente oscuro. Aplica antes de dormir, sobre las aletas de la nariz, el cuello y la nuca. Es una receta casera típica de Latinoamética.
5. Inhalador casero
Otro remedio sencillo es preparar una solución salina con una taza de agua a temperatura ambiente, media cucharadita de sal y una pizca de bicarbonato de sodio. Tenla a mano y aplica un chorrito en la nariz antes de acostarte: si roncas por tener la nariz tapada, esta idea puede funcionar.
Los molestos ronquidos
Se estima que el 45% de los adultos roncan ocasionalmente y el 25% son roncadores habituales. Es más frecuente en los hombres y en las personas con sobrepeso, y por lo general, empeora con la edad. Puede ser una indicación de obstrucción de la respiración y no debería tomarse a la ligera.
Además de perturbar los patrones de sueño y privar al roncador de un descanso adecuado, es probable que sea un signo de la apnea obstructiva del sueño (AOS), que puede derivar en serios problemas de salud a largo plazo, por ejemplo, para el corazón.
¿Por qué roncamos? Para empezar, lo más aconsejable es hacer una consulta con el médico. Tal vez te deriven a un otorrinolaringólogo, quien realizará un examen a fondo de la nariz, la boca, la garganta, el paladar y cuello. Las pruebas pueden revelar si el ronquido es causado por alergia nasal, infección, obstrucción nasal, ampliación de las amígdalas o adenoides. Y un estudio específico del sueño puede determinar si el ronquido es debido a la apnea obstructiva del sueño.
Qué aconsejan los expertos
La Fundación Nacional del Sueño aconseja:
Adopta un estilo de vida saludable y atlético para desarrollar un buen tono muscular y perder peso.
Evita los tranquilizantes, las pastillas para dormir y los antihistamínicos antes de acostarte.
Evita el alcohol durante al menos 4 horas y las comidas pesadas o meriendas durante 3 horas antes de acostarte.
Establece patrones de sueño regulares.
Duerme de lado y trata de elevar la cabecera de la cama una altura de 4 pulgadas.